Al volver del trabajo

Carlos aún hoy recuerda, no sin estremecerse un poco, lo que le sucedió aquella madrugada al regresar de su trabajo. El es uno de tantos Baraderenses residentes de los poblados aledaños que también encuentra su sustento en la región Zárate/Campana. Zona conocida por su prolongada lista de empresas que brindan diferentes productos y servicios. Muchas de ellas empleando mano de obra de nuestra localidad.

Regresaba esa noche de su última jornada laboral. Aquellas horas preciosas que son vísperas del franco. Recuerda que por entonces se bajaba del micro en el puente de Alsina, ubicado sobre la ruta nacional n°9. El camino que lleva hacia el pueblo es, mientras más tarde se lo busque transitar “una verdadera boca de lobo”. Por lo que la iluminación queda supeditada exclusivamente al puente. Créanlo o no, y esta notación va dirigida a todos aquellos lectores que no conozcan Baradero, este “camino principal” de Alsina, a fecha de hoy aún hoy permanece en iguales condiciones. Es un verdadero reto para aquellos temerosos de las penumbras.

Podrán imaginar entonces a este muchacho que debía tomar ese sendero cada día hasta su hogar, solo y sumergido en la espesura de la noche. Eran cerca de las 23 Hs de aquella su última jornada de la semana de tarde cuando, al marcharse el micro, se vio así mismo envuelto en la negrura una vez más. Entonando una canción alegre, silbando un poco para poder direccionar sus pensamientos por un rumbo más tranquilizador. A los pocos metros de su trayecto camino adentro, logra ver a cierta distancia algo que lo sobresaltó de sobremanera. Sus ojos veían claramente a una mujer o lo que parecía ser una mujer, de rasgos mortecinos y un vestido blanco que agitaba la mano lentamente a modo de saludo. Esto lo perturbó tanto que realizó gran parte del trayecto en un trote enérgico.

Pensarán ustedes lectores que esto pudo tratarse de una broma. O incluso de alguna mujer que esperaba a alguien más para que la lleve hasta alguna parte. Lo cierto es que Carlos, aún hoy está totalmente seguro de que no se trataba de ninguna broma, y si así lo fuera, los que la perpetraron tenían muy buenos conocimientos de maquillaje y montaje.

Los hechos aquí narrados corresponden a vivencias reales de gente común. Puede que los nombres y algunas ubicaciones específicas sean modificados para proteger la identidad de las personas que han padecido estos fenómenos. Si tenés alguna experiencia para compartir con nosotros no dudes en hacerlo. Contáctanos.

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