Si bien Baradero es un pueblo relativamente pequeño respecto de otros en la región. Es bastión de decires, relatos y vivencias que son arrullo del tiempo. Formando parte del genoma de esta tierra. Lenguaje de la sangre.
A veces cometemos el atropello de creer que, por ser pequeño y tranquilo necesariamente jamás suceden cosas asombrosas o incluso hasta macabras puesto que la mente del ser humano se adecua a la somnolencia del plano cotidiano con mucha facilidad. Naturaleza según algunos. Adaptabilidad que forzosamente nos condiciona a habituarnos a un ritmo, muchas veces engañoso, de lo que muchos llaman normalidad. Y más aún engañoso es el velo de lo habitual cuando el ciudadano se ve bajo el dominio aplastante del motor de la maquinaria industrial.
La rutina fabril, más aún la de aquellas factorías que tienen la particular forma de turno rotativo. Es no ya por capricho de este servidor, si no por resultado de investigaciones de los catedráticos en materia de medicina, singularmente devastadora y por ello un operario que está de turno mañana debe por fuerza acostarse temprano aún más que alguien que por costumbre trabaja siempre de mañana. porque el organismo de quién sufre el turno rotativo nunca logra adaptarse al descanso y tiende a necesitar más horas de sueño profundo.
El nombre. Fatalidad requerida en ocasiones, aún más en relatos del tipo policíaco. Es José. Uno más de la prole laburante del pueblo. De los que no se la ganan de arriba y debe madrugar para ganarse el sustento.
José se levantó de su cama como cada mañana de su turno matutino. Despidiéndose de su esposa quien aún con las arenas del sueño en sus ojos amorosamente lo besa. Ya vestido y alistado para la rutina del viaje bebe los últimos sorbos de café y abandona la taza en la pileta del lavabo.
Eran las 3:35 AM cuando recibió las primeras bofetadas de una brisa fresca al salir de su hogar. Echándose a andar hacia su parada donde lo recogería el Ómnibus que lo llevaría a su trabajo no demoró en sumirse en sus pensamientos. Algo de la madrugada mezclado con la soñolencia propicia a hacerlo. Recordó también sus proyectos a plazo inmediato. Además de trabajar en una fabrica es un excelente fotógrafo por lo que parte de sus proyectos hallan sus bases en esa afición.
Las calles fueron pasando bajo sus pies, acotando la distancia con cada paso. La cúpula celeste de un profundo infinito salpicado de estrellas era una suerte de fondo de pantallas natural que hacía más ameno el trayecto.
Al llegar a un cruce de caminos. Precisamente entre Dorrego y Del Corro una sensación nacida de la profundidad de su ser hizo que volteara la cabeza hacia la derecha. Como cuando aún en el más absoluto silencio somos capaces de discernir que hay alguien en la cercanía y miramos para confirmarlo. El asunto fue que al mirar no se encontró con nadie en las vecindades, sino con algo. Algo que al penetrar sus ojos automáticamente heló su sangre, corto su respiración. Algo oscuro y vaporoso a su vez iba desplazándose por el camino y cuyas dimensiones eran asombrosas ya que era alto y de forma cónica. ¿Una persona alta haciendo una broma pesada? No señor! Automáticamente quedó esta probabilidad descartada por el echo de que este ser se hallaba levitando a más de 50 cm del suelo. Pocas cosas logró hacer José en ese preciso instante a saber, restregarse los ojos, pestañear forzosamente y salir disparado como alma que se la lleva el diablo.
Pasó cierto tiempo hasta que logró reordenar sus ideas respecto a ello. Necesitaba contarlo pero ¿a quién? ¿con quién compartir esta vivencia sin caer en “la bolsa de los locos”?.
Saberes urbanos lo llevaron a pensar en una posibilidad que, si bien no tiene asidero en el campo de la ciencia; halla fundamento en el terreno de lo folclórico. La tristemente célebre “hora del diablo” que reza que en las inmediaciones de las 3 Am es el momento del día donde se prestan las condiciones para manifestaciones sobrenaturales .
Por fortuna logró reponerse del susto con los días y él aún hoy desconoce la naturaleza de aquello que presenció aquella madrugada. Naturalmente sigue transitando el trayecto y no fue la única y última vez que se topó con seres así. Pero ya en otros horarios por lo que cayó la teoría antes mencionada.
Lo concreto de esto es que seguirá investigando, recabando datos y vivencias similares de otras personas hasta llegar a conseguir una respuesta que le ponga fin al misterio. Hasta entonces estimado lector, hemos de ofrecerle este humilde relato que no persigue otra cosa que divulgarlo y animar a otros a atreverse a desnudar sus propias vivencias.



Vos también fuiste testigo de la gente sombra? Contáctanos y contanos tus experiencias.